BEATA HNA. MA. CRESCENCIA PÉREZ

Breve biografía

Nació en San Martín, Pcia. de Buenos Aires. En la pila bautismal fue llamada María Angélica. Su niñez se desarrolló normalmente en el seno familiar: sus padres, Ema Rodríguez y Agustín Pérez, sus cuatro hermanos y dos hermanas. La familia no gozaba de muy buena posición económica pero conservaba fielmente la fe cristiana, viviéndola con sinceridad y constancia. En este clima de pobreza material, pero de alegría interior, se desarrollaron los primeros años de la vida cristiana de María Angélica.

Recibió su formación escolar en el Hogar de Jesús, en Pergamino (Pcia. de Bs. As.), dirigido por las Hermanas del Huerto. A los 18 años de edad, inspirada por Dios, decidió consagrarse a Él, como religiosa, en el Instituto de las Hijas de María Santísima del Huerto. Su deseo se realizó el 31 de diciembre de 1915, cuando ingresó en el Noviciado de la Congregación, en Villa Devoto, Bs. As. Su meta fue la santidad. Con la abundante gracia de Dios y con la generosidad de joven enamorada se dio a la oración, a la adquisición de las virtudes y a la práctica de la vida según el Evangelio, de tal modo que en cortos años llegó a un alto grado de unión con Dios.

El 7 de septiembre de 1916 vistió el hábito de religiosa, iniciando así su Noviciado con el nombre de María Crescencia. Allí maduró una consigna "hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios quiere y estar como Dios quiere" y trabajar seriamente en el camino de la santidad.

El 7 de septiembre de 1918, hizo su Profesión Religiosa, que renovó por seis años hasta que, el 12 de enero de 1924 emitió su Profesión Perpetua.

Su frágil salud no le impidió un intenso apostolado entre las niñas del Colegio del Huerto de Avda. Independencia (CABA) y los enfermos tanto en Mar del Plata como en Vallenar (Chile), donde continuó prodigando amor y caridad a pesar de que su enfermedad pulmonar avanzaba rápidamente.

Asumió la alegría de sus límites y de su frágil salud, con serenidad y confianza Se entregó a la misión hasta que sus fuerzas se lo permitieron. Después de muchas tribulaciones interiores e indecibles padecimientos físicos, causados por la tuberculosis que acabó con su vida, pasó de este mundo al Padre el día 20 de mayo de 1932 en Vallenar, Chile. Segura de que continuaría en la eternidad su misión de hacer conocer y amar a Dios, aceptó la muerte a la edad de 34 años.

Esta es toda la trayectoria externa de esta joven religiosa argentina a la que la Iglesia quiere reconocer con el título de BEATA.

Fechas importantes del proceso

1986: Traslado del cuerpo de la Hna. Crescencia a la Capilla del Colegio del Huerto de Pergamino y solemne apertura de la causa de beatificación.

1997: En marzo se publica la "Positio super virtutibus », que se entrega en la Congregación de los Santos el 20 de mayo del mismo año. Con la entrega de la Positio, Crescencia pasa a ser SIERVA DE DIOS. Esto ocurre durante el Pontificado de Juan Pablo II.

2004: El Santo Padre, Juan Pablo II, declara a la Sierva de Dios, Venerable, confirmando la heroicidad de sus virtudes.

2011: El Santo Padre Benedicto XVI recibe en audiencia privada al Cardenal Angelo Amato, SDB, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos. Durante la audiencia el Sumo Pontífice autoriza a la Congregación a promulgar el decreto relativo a un milagro, atribuido a la intercesión de la venerable Sierva de Dios.

Algunas frases de la Hna. Crescencia

"Siempre y en todas partes encontraremos algo que sufrir, pero ¿qué es esto comparado con la eternidad?"

"Dios todo lo permite para nuestro bien y si nos manda cruces y penas también nos dará su gracia"

"Todos los días pido al Buen Jesús y a nuestra buena Madre María del Huerto los bendiga y consuele en todas las penas y trabajos"

"Oh, cómo nos debe animar y alegrar la esperanza de que un día nos encontraremos todos reunidos en el cielo..."

"Dios es buen Padre y no abandona nunca a sus hijos"

"Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros"

En el colegio celebramos su fiesta el 20 de mayo.

Oración a la beata